Habana, tornam el meu català.
Ancianita abandonada,
sucias sus ajadas ropas,
las que edificios vistieran,pasados años de gloria.
Sus luces se han apagado,
cataratas tras sus corneas,
empañados cristalinos,
visión que se deteriora.
Triste yace la ancianita,
apagadas sus farolas,
sus pasos son vacilantes
por calles y aceras rotas.
Años de injusto maltrato
han opacado su aurora,
el sol no se ve radiante,
la luna acongojada llora.
Arrugada la ancianita
con su voz ya temblorosa,
la que otrora ruido hiciera
se encuentra hoy silenciosa.
Lejos nos fuimos sus hijos
cuando la dejamos sola,
en un temporal adiós
que pensamos fueran horas.
Desde acá, desde lo lejos,
oímos como solloza,
abandonada y mugrienta,
maltratada por la escoria.
La visitan los turistas,
su inmenso sufrir ignoran,
no comprenden su dolor,
su dolor no les importa.
Muchos años han pasado
por joven que fuera hermosa,
hoy muestra hondas arrugas
en sus manos temblorosas.
Un corazón que vibrara
con entusiasmo de conga,
va dejando de latir
cansado callado llora . . .